La delegación nacional volvió al país con experiencias que marcarán la vida personal y profesional de estudiantes y profesores, logros que superaron las expectativas a nivel individual y también colectivo.

Benjamín Muñoz
Competidor Electrónica WSI Lyon 2024
“El idioma fue lo más difícil, mi principal desafío. Yo hablo muy poco inglés y aunque traté de practicar fue una barrera importante en la comunicación dentro de la competencia y fuera de ella”. Para Benjamín Muñoz, competidor que representó a Chile en la habilidad de Electrónica en la Olimpiada Internacional de WorldSkills en Francia, todo lo vivido en las últimas semanas significó un aprendizaje que jamás pensó obtener. Como él, fueron seis los jóvenes chilenos que viajaron a Lyon a participar en el encuentro más importante de estudiantes técnico-profesionales a nivel mundial. Cada uno de ellos regresó sintiéndose diferente y con nuevos aires para enfrentar el futuro.
Aunque el resultado de las competencias no arrojó medallas a nivel individual, las lecciones para los estudiantes chilenos fueron valiosas. “Me tranquiliza saber que en la parte técnica no tenemos que envidiar a otros países, pude romper el mito y ver que el nivel en nuestro país es alto. Respecto a los competidores, se ve mucha preparación y seriedad, sobre todo en las delegaciones asiáticas, a veces llegando a un extremo, pero creo que nosotros debemos aprender a tomarnos más en serio estas actividades que elevan la calidad técnica”, agregó Benjamín Muñoz.

Claudia Gálvez
Subdirectora Académica WorldSkills Chile
Claudia Gálvez es subdirectora Académica de WorldSkills Chile y acompañó a los estudiantes en cada una de las pruebas. Desde lo académico, destaca que se evidenció un crecimiento y mayor compromiso y tiempo de preparación de los competidores, asegura también que este grupo de competidores tuvo mayor interacción como delegación y mostraron una actitud positiva, competitiva y enfocada en aprender y observar el desempeño de los demás competidores, todo con el fin de traspasar esta experiencia a los próximos estudiantes chilenos que participen en esta instancia.
“Queda trabajo por hacer, sin duda, y estos jóvenes nos dejan la gran tarea de formalizar y estructurar, desde lo académico, un programa que entregue las herramientas y estrategias que de a los futuros competidores una sólida preparación técnica y humana para enfrentar con espíritu y formación ganadora la siguiente instancia de competición internacional y, por qué no decirlo, nos haga ganadores de una o más Medallas de Excelencia, es un primer paso para avanzar hacia el podio que, en el caso de Brasil y Colombia, que son referentes regionales, les tomó mínimo 10 años en lograr”, explicó Gálvez.

Poulette Pérez
Competidora Cocina WSI Lyon 2024
Paulette Pérez participó en la habilidad de Cocina en la Olimpiada Internacional. Esta profesional, que ya trabaja como docente en el Liceo Menesiano Sagrado Corazón de Llay-Llay, cuenta que lo más desafiante fue saber que se estaba enfrentando a personas con mayor experiencia trabajando en restaurantes y en estudios, y que ese reto sirvió para enfrentar la prueba de una forma distinta, con mayor rigurosidad.
“Para mi los aprendizajes más importantes fueron que, la organización dentro de la cocina es muy importante y vital para poder sacar el servicio (las comidas y demás) y la rapidez con la que uno trabaja para no atrasar las demás preparaciones también es algo de lo que aprendí mucho, ser rápido y constante. De los otros competidores vi que la gran mayoría eran demasiado rápidos, muy preocupados, dedicados y apasionados de lo que preparaban. Debo decir que, vivir una experiencia tan única fue un verdadero placer”, contó Poulette Pérez.
Claudia Gálvez coincide con los estudiantes y asegura que es fundamental el aprendizaje de cada joven a través de lo observado en cada día de preparación y de competición. Que se dieran cuenta de cómo se hace el montaje de la estación de trabajo, cómo se organiza el proceso de evaluación, cómo se revisan exhaustivamente las herramienta y equipos a utilizar, la importancia que dan a la seguridad y los espacios de trabajo de acuerdo con los estándares ocupacionales, es indudablemente un aprendizaje empírico que posiblemente no han visto ni siquiera en una práctica profesional. Por lo tanto, en siete días aprenden desde lo práctico, un proceso de su sector industrial y de su especialidad que les aporta en experiencia y autoevaluación de la preparación con la que llegan a competir. Pero va más allá.
“También es importante mencionar el impacto para los profesores que participaron en su rol de expertos. Fue una delegación destacada en varios aspectos, partiendo por su profesionalismo, rápida adaptación al proceso, motivación y demostración de interés, cada uno en su habilidad. Esto último permitió que fueran designados como evaluadores de uno o más procesos, a pesar de ser en su mayoría, participantes nuevos. A ellos les impactó desde otro punto de vista, puesto que su interés estuvo en identificar las diversas formas de trabajo de los demás países, investigar sobre los procesos de aprendizaje, las técnicas de preparación, los tiempos y métodos de entrenamiento de los competidores, las estructuras de educación de países de Europa, Asia y América, intercambiando puntos de vista, estrategias y, por sobre todo, armando redes que impactaron e impactarán sin fecha de vencimiento”, detalló Gálvez.


